Las horas de espera, Señor,
se hacen cada vez más largas…
Mil ideas pasan por mi mente:
sobre el éxito de la operación,
sobre mi futuro, sobre mi familia…
me encuentro sobre ascuas,
porque se trata de mi cuerpo, de mi vida…
A ti, Señor, levanto mi voz,
porque Tú puedes cambiar
mi temor en confianza,
mi ansiedad en fortaleza.
Bendice, Señor,
a quienes me van a operar:
Guía sus mentes y sus manos
para que pongan salud donde está el mal.
Y bendice a mis familiares,
que con su presencia y afecto,
me infunden tanto ánimo.
Haz, Señor, que duerma tranquilo esta noche,
para poder afrontar mañana
El difícil momento que me aguarda.
Amén.
M. Bautista- A. Pangrazzi
de Sana el corazón enfermo