Le pedí a Dios que me quitara mi orgullo
y me dijo: NO, que no era algo que Él tenía que quitarme,
sino que yo tenía que entregar…
Le pedí a Dios que sanara a mi niño impedido
y me dijo: NO, que su espíritu estaba sano
y que su cuerpo era algo temporario, nada más…
Le pedí a Dios que me concediera la paciencia
y me dijo: NO, la paciencia es producto de la tribulación,
no se concede, se conquista.
Le pedí a Dios que me evitara todo dolor
y me dijo NO, el dolor y el sufrimiento
me apartan de las preocupaciones mundanas
y me acercan más a Él…
Le pedí a Dios que hiciera crecer mi espíritu
y me dijo NO, que debo crecer personalmente,
Él me podará de vez en cuando…
Le pregunté a Dios si me amaba
y me dijo: Sí, me ha dado a su Hijo Amado
que es un Camino de Vida para mí.
Le pedí a Dios que me ayudara a amar como Él y me dijo:
POR FIN, ESTÁS COMENZANDO A APRENDER…
Anónimo.