Me acerqué y la puerta se abrió lentamente. Cuando me di cuenta yo ya estaba adentro. Vi muchos ángeles parados en todas partes. Uno de ellos me entregó una canasta y me dijo: - “Ven, compra con cuidado. Todo lo que un cristiano necesita está en la tienda”.
Primero compré Paciencia. El Amor estaba en la fila. Más abajo había Comprensión, que se necesita por donde uno vaya. Compré dos cajas de Sabiduría y dos bolsas de Fe. Me encantó el empaque del Perdón. Me detuve a comprar Fuerza y Coraje para ayudarme en esta carrera que es la vida. Ya tenía casi lista la canasta cuando recordé que se necesitaba Gracia y que no podía olvidar la Salvación, que la ofrecían gratis. Entonces tomé bastante para salvarme y salvar.
Caminé hacia el cajero para pagar la cuenta, pues creí que ya tenía todo lo que un cristiano necesita, pero cuando iba a llegar vi la Oración y la puse en mi canasta repleta porque sabía que cuando saliera la iba a usar. La Paz y la Felicidad estaban en los estantes pequeños al lado de la caja y aproveché para tomarlas. La Alegría colgaba del techo, y arranqué una para mí.
Llegué al cajero y le pregunté: ¿Cuánto debo? Él sonrió y me contestó: - “Lleva tu canasta donde vayas” - Sí, pero ¿Cuánto le debo? Él otra vez me sonrió y me dijo: - “No te preocupes…”
PÓNGANSE EL VESTIDO NUEVO- Colosenses 3:12 Pónganse pues el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia. 13 Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivo de queja contra otro. Como el Señor los perdonó, a su vez hagan ustedes lo mismo.
Vestido: en sentido metafórico se llamaba vestido a las obras de cada uno; por eso cambiar de vestido era cambiar de costumbre.
1º Tesalonicenses 5:8 Nosotros, en cambio, por ser del día, permanezcamos despiertos; revistámonos de la fe y del amor como una coraza, y sea nuestro casco la esperanza de la salvación.
REVÍSTANSE DEL HOMBRE NUEVO- Efesios 4:22 Se les pidió despojarse del hombre viejo al que sus pasiones van destruyendo, pues así era la vida que llevaban, 23 y renovarse por el espíritu desde dentro. 24 Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que Él crea en la verdadera justicia y santidad.